diumenge, 20 de juliol del 2014

Giant's Causeway

Un fin de semana largo en el Norte de Irlanda, después de la resaca del Giro de Italia, me sirvió para descubrir lo bonito de estas Islas, una costa casi inexplorada al rollo Galicia, con poblaciones costeras casi abandonadas, gente con un acento cerradísimo, le daban a los parajes un encanto peculiar, y es que esta costa aún está muy salvaje y por explorar. Explotando el tirón de juego de tronos y sus localizaciones, un fin de semana rural ha servido para relax y desconexión total. Ahora bien, si la tensión entre católicos y protestantes se puede palpar en Belfast, nada que ver y nada comparado con Derry, una ciudad que da un poco de miedo, tras una inversión e infraestructuras de vértigo y un centro la mar de bonito, la cagan sus gentes, adolescentes con cazadora bomber, perros peligrosos y barras de metal, me hicieron asistir a cualquier drama social que se precie. Una costa de contrastes.