dilluns, 9 de març del 2009

Carmen


Como podéis suponer el flamenco no es una de mis pasiones más fervorosas, por eso cuando llegué a Madrid y mis colegas me anunciaron que íbamos a ver a Sara Baras, no fue mi gozo en un pozo. Pero me sorprendió, un espectáculo muy completo vibrante y emotivo, el flamenco es un arte, sí señor. Por ponerle pegas, un poco corto y con inicio y final un poco flojos, pero el plantel de bailaores y Sara Baras se merecen una ovación de lo bien que lo hacen. Ya sé que la Espe en Madrid se pasa la ley anti-tabaco por el forro, pero por mucha licencia teatral para ubicar el personaje (Carmen era una vendedora de cigarros), el hecho de fumar en el escenario cuando la gente en platea lo tiene estrictamente prohibido raya lo políticamente incorrecto.