diumenge, 15 de febrer del 2009

Déjà vu


Uno de mis traumas de adolescencia se remonta a la excursión que hicimos en primero o segundo de BUP al Tibidabo y después de montar en la atracción estrella, huracán, creo que se llamaba, un compañero del instituto tiró la papa al lado mío. Pues bien 15 años después la historia se repite y es que en el vuelo de hoy me han vomitado encima, la diferencia es que en su momento me vomitaron encima un bocata y una coca-cola mientras que hoy han sido 3 botellines de medio litro de vino tinto, dos ginebras y una cerveza. Por poco vomito yo mismo, no os podéis imaginar lo que es viajar en un espacio cerrado al lado de un olor a vómito-bilis con aroma a vino tinto con un hooligan borracho casi inconsciente, de las peores experiencias de mi vida. Estoy empezando a cambiar de idea de lo divertido de viajar con despedidas de soltero/a. Por cierto, mi admiración a las azafatas todo terreno de ryanair, ahí que se han puesto los guantes han limpiado todo el líquido-bilis del asiento y mesilla y se han preocupado del pobre hombre que pensaba que la palmaba, ya me gustaría ver a las finolis de Iberia o similar tratando la misma situación. Bueno a partir de ahora vigilaré más concienzudamente donde me siento. Por cierto, no sé si os habíais fijado nunca pero hoy me he dado cuenta que las ruedas de mi Nissan Micra casi que son más grandes que las ruedas de un avión. Que ruedas más pequeñas que tienen……

1 comentari:

PONCIL ha dit...

creo que puedo olerlo desde aquí puaaaggg