Woody Allen
reutiliza el molde del pastel que tan bien hace y aunque no le sale tan bueno
como el primero aun lo borda, este hombre que hace películas como churros nos
ha hecho pasar un buen rato viendo la película ambientada en Roma, una de
historias paralelas sin mucho sentido, unas más acertadas que otras y un
casting un poco flojo pero un guión divertido y una música agradable hacen de
esta campaña publicitaria de Roma una película recomendable de ver.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada