Ahora que los tories se han hecho con el gobierno británico reaparecen viejos fantasmas en el Northwest, la gente está de mal humor y tiene miedo. No me gusta ser muy pesimista, pero el hecho de que el ayuntamiento de Liverpool lo hayan recuperado los Labour tras 12 años de liberal-democrat, al mismo tiempo que el gobierno central cambia de signo y con los juegos olímpicos de Londres en el horizonte, me da la sensación de que se va a ir cerrando el grifo en estas tierras. A ver si con un poco de suerte el grifo no cierra bien y gotea un poco.
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