Otro año de St
Patricks y otra fiesta que me encanta en celebrar, aunque tenga el punto de
alcoholismo que tira para atrás, ver a todos los descendientes irlandeses con
sus atuendos y celebrando de buen rollo su fiesta con una borrachera encima no
tiene parangón. Ver a la abuela, con su pinta de Guiness, bebiendo su ginebra y
a la abuela de 90 años salir fuera a fumarse su cigarrito es de lo más carismático
del lugar.
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