divendres, 25 de maig del 2018

Red and black



No se si considerarlo una obra de teatro a la usanza o una ginkama infantil por un edificio y alrededores. Lo que si que consigue es no dejarte indiferente.
Hay que reconocer que los actores no son profesionales, pero estos alumnos de segundo año de la LIPA han puesto un montón de esfuerzos y ganas en esta performance y lo han bordado. Una obra de gran magnitud que coordina a más de 100 personas (más que el público asistente en nuestra sesión) y con una escenografía y ritmo muy logrado.
Tal solo llegar te dan unos cascos, una radio y te dan un objeto. Este objeto que te otorgan al principio marca tu aventura, tal que un libro de adolescentes de escoge tu aventura, el objeto otorgado te abrira la puerta a un hilo argumental o a otro muy diferente.

Y tan solo empezar te largan a una taberna en el puerto de Liverpool a finales de los años 30, ambientada con mucho gusto, con música de la época, mucho jolgorio y con una campaña de recogida de comida para la contienda de la guerra civil española a luchar contra el fascismo ( en este caso la comida recogida ira a parar a ONGs de refugiados). Muy informal te dejas llevar y te sumerges en esta taberna con decenas de actores, interactuando contigo, tomándote un vino (no alcohólico) y escuchando las cantinelas políticas de la época, alguna que otra historia personal con algún toque de musical y alguna canción e intentando convencerte para que te alistes a las brigadas internacionales a luchar en la contienda española. En esta marabunta de acción, ruido y música, los diferentes narradores de la historia, iran reclutando a sus espectadores dependiendo del objeto y aqui empieza la historia.

Dependiendo el objeto cogido y la historia narrativa te enfrentas a diferentes estaciones, cada grupo se dirigirá a 3 escenas de un total de 17. O sea que solo puedes disfrutar de parte de la experiencia. En este caso nuestro objeto fue una concha de mar,aquí que nos recoge Julie y aquí empieza la parte divertida, tienes que explicar la guerra civil española a un conjunto de espectadores, los cuales la mitad somos españoles y sabemos más que ellos sin duda y sobretodo pronunciamos los nombres y las ciudades mucho mejor. Dejando este punto aparte y sin interrumpir demasiado a la chica para no sonar pedantes. Nos adentramos con Julia(nne) en su historia, nos explica que es americana pero que sus ancestros eran españoles (la familia de Diego) y que huyeron de la posguerra vía Inglaterra y Venezuela, esa historia repetida en tantas familia, entre tantas, como en la mía que acabaron en Argentina. La chica nos explico una historia de espías, de lucha contra el fascismo, todo muy próximo y con cierto hilo argumental, aunque en las historias de España a veces fueran un poco adaptadas al púbico ingles.

Bien, pues las tres estaciones que nos tocaron estuvieron muy bien, mega-impresionantes, la primera nos llevo hasta otra taberna-burdel donde se recogían los cargadores de los astilleros (esta llevada por un grupo de actores amateur asociada a la LIPA) en la que discutían acerca de si cargar los barcos con explosivos hacia España o declararse en huelga y asumir la multa. Con mucho gusto, muy bien actuado y con atencion al detalle. La segunda estación, nos llevo al patio de la escuela a presenciar un grupo de danza, y tras empezar a escuchar flamenco horrorizados por un grupo de ingleses intentando bailar algo muy cañi, por suerte, fue solo un susto, ya que la música cambio a un tono muy templado y resolvieron la situación muy bien, danzando con poderío, al unisono y muy sentido, pero sin el tacata del flamenco que dudo que pudieran haber desarrollado. Muy armónico todo, con una escenografía muy cuidada y emotivo. Entre estación y estación disfrutábamos de pequeñas actuaciones “on the go”. Finalmente la última estación era representativo de cárceles sensoriales de la guerra civil, de las cuales nunca había oído hablar y yo me pensaba que me afrentaba más a una experiencia daliniana al más estilo surrealista. Tres habitaciones a lo más dispar, un fogonazo de luz, ruido y rareza, una habitación a topos, una segunda habitación deslizante con ojos a doquier y globos de agua reventando y por ultimo una sala surreal con ruido y a rayas, donde unos personajes, que parecían salidos del planeta imaginario, nos deleitaban de nuevo con un español más que dudoso. Pero aquí los actores muy metidos en su papel y profesionales te introducían en su mundo.
El espectáculo final en el que nos reunieron a todos los grupos de nuevo fue en la cripta y jardines de la catedral, con tus auriculares y radio, un espectáculo de color, luz, música, algo de pirotecnia y con todos los actores reunidos, esta vez poniendo en escena un final muy espectacular donde una pequeña orquesta de violines y todos los participantes de la obra rodeaban a la audiencia e interpretaban un par de canciones al instante que por la radio sonaba un discurso de fraternidad, igualdad y paz.

Bueno, en definitiva, una experiencia surrealista y sobretodo original, pensando que el guión es original, aderezada al final, por una charla con los colegas a la que se acerco una pareja a decirnos que si nos habia gustado la historia, que eran los padres (reales) de Julianna de Diego y que la historia era de su padre y que era real… Anodadados nos quedamos con este espectaculo de la LIPA, una mezcla de ficción - realidad