Un fin de semana
liverpuliano me ha servido para darme cuenta lo que la gente del Merseyside
aprecia la culturalidad. Una población del tamaño de Liverpool dudo que tenga
la misma cantidad de museos gratuitos, bibliotecas, bares de copas, discotecas
y teatros en ningún otro lugar en el mundo.
Y es que, si, una
ciudad como Liverpool tiene innumerables teatros, el Empire, Royal Court,
Playhouse, Unity, Epstein, Lantern, LIPA, Hope University, small theatre y ……
paro por no seguir. A partir de hoy tiene otro más. La última adición al grupo
ha sido la vuelta tras resurgir de sus cenizas como el fénix del Everyman, hoy
domingo ha sido la jornada de puertas abiertas y ahí que nos hemos acercado, me
ha hecho recordar la cantidad de horas que he pasado en su bistro subterráneo discutiendo
banalidades.
Bien pues el
nuevo teatro es muy al estilo Neoyorkino, paredes enladrilladas, iluminación un
poco de factoría abandonada pero todo con mucho gusto. Un teatro tal vez muy
pequeño próximo al estilo Unity Theatre con un aforo muy limitado y con un bar
y café muy acogedores, una sala multifuncional y una estética por fuera que ha
mantenido el legado original con su neón pero a la que han añadido siluetas a
lo “cruzando el Misisipi”. Han revitalizado la zona y Hope street pinta bien,
el único problema que veo, es que han creado una calle un poco muy elitista,
rozando un poco lo snob, pero hay garitos y baretos en Hope street ahora que ya
le gustaría a muchas grandes urbes, el problema es que las pintas ya van rozando
los 5 pounds, en unos bares muy cucos llenos de hipsters disfrutando de la
velada. Mis temores es que los hipsters cambian muy rápido de gustos y que tal
vez han creado una calle un tanto snob, así que deseando que la cosa se relaje
para que la calle sea ocupada por sus dueños originales hippies trasnochados e
izquierdosos bohemios tirando a intelectuales. Veremos lo que depara el futuro
a este “Everyman”
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