Tras disfrutar de un fin de semana por la costa levantina y ver el tremendo daño que la construcción ha hecho al litoral peninsular, he encontrado la solución y remedio a toda la crisis económica mundial. Qué tal si el gobierno decidiera demoler todas las casas que se han edificado en los 10-15 últimos años sin cumplir la ley de costas. Haría bajar el paro en la construcción empleando a millares de trabajadores, suavizaría la caída del precio de la vivienda al destruir oferta reduciendo el stock de viviendas, mantendría a los jueces ocupados en tareas útiles en vez de dejarles filosofar acerca de leyes aprobadas por el pueblo y haría un gran favor a nuestras costas tan necesitadas de alegrías últimamente, si es que me tendrían que contratar de asesor financiero….
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